jueves, 25 de junio de 2009

martes, 16 de junio de 2009

Frente al Fuego


Y mi vientre palpita por ti, en esta soledad de ensoñación, traspaso los muros llamándote, figurando ser águilas del cielo y danzar entre las nubes, me verás dormida en silencio, verás dormir mis conocimientos, me veras entre las telas de araña como fecundo esta creación en movimiento, las cadenas parecen que quieren desaparecer pero nada será posible si no logro tus besos, y la boca ahora ardiente a tú ausencia calla la necesidad del amor, en planos, en miles de perspectivas que no vemos, o debemos estar en otra vida para abrazarnos tan fuerte que derritamos los pilares del pasado. Paso a través de ti, incluso con penas, incluso con nostalgias de no saber conducir estas formas de amor, por no aguantar este deseo que se precipita en mí, quisiera verte con los ojos del corazón y encender la hoguera del centro del pecho y movilizar todo el trabajo de mis manos, te vuelvo a ver, pareciera que a veces abro tu puerta y entro al canal de tu corazón, prendo esta sintonía cuando muerdo mis labios para conectarlos con los tuyos, cuando el reino del deseo se hace presente. Cómo detengo estas mareas cuando mis brazos ya no son capaces de sostenerlas. Me vuelvo a mis propias canciones y silencios …vamos….estoy esperando tú llamado y tú copa de vino, estoy esperando no temer tocarte, estoy esperando que te acerques tanto que podamos unirnos por la fuerza de nuestro imanes, estoy esperándote aquí tendida en mi propio vacío, serán estas piernas renacientes, será esta memoria inconsciente o el caudal de la luz que nos sostiene, pasaré a buscarte en todos los vasos de conexión y volveré a gritar los zumbidos de amor para ti.
Me mojaré la cabeza tantas veces como sea posible para apagar este fuego.
Te grabo en mi memoria y sé que hoy es el día, andarás de un lado a otro pensándome, intentando separarte de mí y no serán más que los besos quienes lo lograran, cuando realmente hallamos unido nuestro cuerpos lograremos separarnos….si sabes cómo te deseo, si sé cómo te deseo y entonces sólo queda esperar la campana interior que abra sus puertas para invitarnos a entrar, y no dudes que entraré vestida de blanco y desnuda a la cama de tú cuerpo oscuro, cuando nuestras respiraciones sean el mejor vaivén de nuestros días.

jueves, 4 de junio de 2009

La Danza y los Espíritus Libres entre el Cielo y la Tierra

I
Yo dormía pero aquella noche algo me despertó dentro del sueño, era una serpiente selvática que se posaba en la zona más ardiente, en el corazón, una serpiente de energía que estaba como en un capullo movilizándose dentro del interior de mis sueños, comenzó a moverse desde el corazón, recorría con una fuerza de río mi cuerpo completo, comenzó por bajar a los intestino confundiéndose con ello, revolcándose en el estómago rodeando mis dos riñones de una manera abrigadora, ésta serpiente me envolvía, pero no me asfixiaba, como si me dijera: ahora haz de cambiar de piel, yo te limpio y ya!, haz de experimentar miles de vivencias nuevas, haz de sacar la fuerza del hocico del león y los ojos de lince, haz de nacer desde el rugido de la pantera y la quietud del lago vecino. Esta serpiente venía a cambiar mi piel, a remover mi cuerpo, a abrir zonas que nunca habían estado presente en mí, a separar y a volver a unir, era la estructura de un árbol en que la serpiente trepaba por sueños para hacerlos realidad.

II
De esas cosas inexplicables, de esas realidades de encuentros con bellas personas, sin saber por qué, un punto frente al mar, nos llevaría a cruzar los caminos, en el Parque de las Artes Violeta Parra en Playa Ancha, Valparaíso. En un sólo par de horas nacía una amistad infinita.
Juana Ibanaxca Salgado nos trajo la danza colombiana al Centro Cultural Espacio, en llolleo, un día de baile completo. Siempre habíamos querido bailar, aprender a bailar o mejor dicho sacar el baile que llevamos dentro. Allí la danza se hizo presente, como cápsulas de energía que brotan al contacto de los cuerpos entre el cielo y la tierra, con el ingrediente fundamental de las voluntades sin límites, libres, dispuestas a la entrega. Bailamos desde muy temprano, no necesitábamos las palabras, éramos 7 espíritus femeninos bailando con nuestro esqueleto y la música, así no más: a moverse. Trayecto de ejercicios corporales. Todos esos pasos, mezclando aquello que alguna vez podríamos hacer florecer, estaban ahí, sacando del cuerpo las figuras nunca antes reconocidas por los propios sentidos en movimiento. Zonas del descubrimiento, zonas personales, zonas grupales que se generan en tanto que se proyectan con fuerza desde el interior de los sueños con ojos cerrados.
La danza, en aquel trayecto, ya pasaba a ser otra cosa, más que repetición de ejercicios. La danza colombiana empezaba a tomar fuerza, el cuerpo principiaba a resistir movimientos extraños a él, sin más la mente pensante y racional, se empezaba a esfumar por la importancia del sentir….del sentir la música, y más allá, de sentir una emocionalidad fusionada con una cultura hermana, sin más la danza abría caminos para la carreta de nuestros espíritus libres, en esta estancia demoniaca de dejarse llevar por el ritmo. Era el sentir del sol que entraba al cuerpo, era el gran cielo que se miraba traspasando las barreras del techo en lluvia, era más, era un sentir la pulsión vital del tambor del corazón, del big bang de la vida.

III
Respiro en el mismo espacio, en posición de perro en estado de alerta, en que ahora sólo lo habita el silencio, en el suelo y siento recorrer los movimientos pasados, me llama el suelo, nunca antes había sentido esa necesidad magnética de unirme con lo que pisamos día a día, este suelo en movimiento.
Sólo escucho la oscuridad, las risas expandidas en el territorio azul plomo de la alfombra, recuerdo todos los datos de humildad, las conversaciones de sinceridad hurgando entre los más finos sentimientos, con las éticas del respeto como dispositivos para avanzar afinados ante la capacidad de dar, como las familias cubanas.
Y caímos tantas veces, cómo tantas veces nos volvimos a sentar, como tantas veces nos volvimos a parar. El cuerpo como elección de voluntad de trabajo. Nos vemos deslumbradas por lo que somos y todo se acerca mucho más a las raíces prendidas, somos figura y forma, y un botón quemante de dolor que no cesa de existir.
Las praderas ahora también bailan la danza del trigo, las golondrinas que saludan en las mañanas mientras voy a dejar a mi hijo a la escuela, en su estado constante de equilibrio, también me bailan, para que decir el otoño cómo me baila, y las risas en la boca de los niños, incluso el vaivén del las bolsas al aire, ahora toda la realidad me baila, mi quietud, en tanto corazón movilizador de sangre. Estoy aquí en silencio y mis manos danzan buscando las palabras para agradecerte lo hermoso que es volver a maravillarse día a día.
Faltaron tan sólo dos grandes momentos para construir nuestra conciencia, para saber que en otras latitudes del sol hay quienes creen en el amor y la paz, para saber que podemos entregar en comunidad lo que sabemos, lo que nuestro registro corporal puede sostener, para unir todas las manos, (de nuevo), para unir todas las manos, que en un contexto cotidiano no podría realizarse. Cuando los cuerpos se unen generan esferas de energía, grandes bolas de energía para transformarse en estrella como posición de descanso al cielo al ras de la tierra.

IV
Entre viajes, entre captación de imágenes que recorre la mente, he de imaginarte un ave de sol que llegaste aterrizando a tantos lugares como éste, vi calor en tu cuerpo, de esos fuegos que se prenden en un instante, como eterno retorno de todo lo vivido. Lo arrojaste todo, bordada desde la pasión al conocimiento, desde la espuma del mar a la nieve, desde los árboles a sus raíces, te veías desprendida de aquella realidad, para llega a ser cuerpo transmutado en sentir, no es acaso eso la danza, la expresión corporal de la conciencia histórica de la emoción. Entonces vuestro cuerpo era de sol, bajando no sé de qué montaña, de qué guerrillas, de qué llantos ni de qué injusticias, para expresar la absoluta certeza de la lucha por la humanidad. Entonces en los cuerpos aparecían flores que prendían en cada ramillete su historia, entonces la tinta comenzaba a bañar poco a poco nuestros cuerpos ya tibios y pintados, a ser parte de aquella entrega de hologramas vivientes, pasábamos a ser un cuerpo consciente, varios cuerpos en uno, pasábamos a ser sueños en común, un cuerpo grupal, las escenas dinámicas jugaban a transformarse, desde espirales sempiternas hasta ballenas del mar, éramos en momentos planetas que giraban en torno al sol que vuestra luz encendía. Ahora la danza era otra cosa, ya no éramos nosotras sino un espíritu que traspasaba nuestros cuerpos, que hablaban tan fuerte en silencio desde una lejanía tan cercana y venían a contarnos sus secretos, sus secretos de esclavitud, sus secretos de explotación , sus secretos de muerte, sus secretos de dolor, y cuando las lágrimas brotaban de nuestros ojos eran también las de otros ojos, entonces en esas lágrimas de agua, las distancias ya no importaban, ni siquiera importaban nuestros cuerpos, sólo esa frágil sensación de sentirnos cristal frente a nuestra memoria histórica grabadas en la piel.
Ahora reafirmo la idea que no todo es pura razón, que no todo es puro cerebro partido en dos para resolver la ecuación, sino que también existe una memoria corporal que viaja con nosotros continuamente y que no hacen falta mas que movimientos para despertarla, es decir, nuestro cuerpo es un cuerpo de señales y de estampas pasadas, es el cuerpo de la memoria escrita una y mil veces en nuestras raíces, que cada paso constituye un anillo del tronco, en nuestra sangre o corazón pulsante, en nuestro sexo ardiente de vida, en nuestra cuna henchida de emociones, en nuestros pulmones fluyentes de aire del cielo, del sudor de la espalda, en nuestra cabeza bombardeada de falsedades, somos un todo y no estamos fragmentadas mientras nos agarremos del hilo del sentir, habíamos aprendido a leer por partes y hoy y ayer logramos fusionar la memoria de nuestras posturas en torno a la música.
Ahora, me quedo con tus entrañas, enseñanzas, calor, sonrisa, abrazo, entrega, y me veo en vuestro ejemplo, y me alegro de sentir que somos miles las que andamos por ahí, sacándonos nuestra historia y reconstruyéndola a través de nuestras propuestas creativas para generar la escena que queremos, de nuestra realidad en movimiento.

Gracias a ti y a todas a quienes bailamos al son del compás de la belleza, la paz y la libertad.

martes, 2 de junio de 2009