sábado, 19 de septiembre de 2009

piernas cruzadas


Sigo escribiendo de piernas cruzadas,
¿Sabías quién pilla a quién?
Pretendo respirar las caminatas y surgir primavera sobre los árboles,
Mis mares son discretos, mis maestrías no están acá,
Soy de agua y de allí no puedo escapar,
Soy de fuego y no puedo detener la llama viviente que rompe el corazón,
Soy la extraña pasajera de este rumbo sin causa,
Peleo por vos y por mí
Y no tengo teclados a quien sacarle gemidos,
Más que a mi propio cuerpo

Sigo escribiendo de piernas cruzadas
Buscando las zonas del manjar,
En la luz de la mañana,
En aquellas brisas que ya no entienden que hacer
Cuando todo se vuelve inútil,
Cuando estas mismas palabras decaen de pensarse,
En los siglos que recorremos,
En las hachas del suelo
En la ñaña y su telar trenzando la luz de la lluvia
Y la lágrima de sus antepasados bajo el cemento
En el vibrar de los vidrios tras las máquinas destructoras
abriendo su paso

Sigo escribiendo con las piernas cruzadas
Descifrando los escondites
En aquellas venas extendidas,
Gruesas de sogas que sostiene la red de sangre,
Más caliente que los volcanes cuando rugen por salir
A conocer nuevos parajes a los cuales incendiar.

Baje de las montañas respirando el mar completo,
Desde su eterno e infinito lugar,
Me desprendí de mis senos
Para reencontrarme con lo que llevo más adentro,
No quise temer volcarme a mi pasado,
Grité ante las manos encadenadas de mi padre
Y quise convertirme en mi bisabuela
Alzada en un caballo
Repasando las fronteras para llegar al otro lado de las montañas.


Sigo escribiendo con las piernas cruzadas,
Atesorando en vasos internos los fluidos exquisitos
Mantos donde estirarme en la noche,
Mar estrellado
Fiera que sale de su jaula,
En el tránsito eterno de volcarnos
Una y otra vez
En las pantallas de los libros de la abadía
De los juegos de pasadizos oscuros

Sigo escribiendo de piernas cruzadas
Para saber que trayecto seguir.
Posar mis pies desnudos sobre la playa,
Irme a encontrar las piernas enraizadas,
Apoyando mi oído en la orilla para intentar escucharte,
Reforzando mis brazos y mis piernas
Cuando sea el momento de sostenerte.

Sabré qué melodías tendré que tocar
para no perder el camino,
Me imagino con confianza
Haciendo destellos con nuestros cuerpos,
Sacando oro de los roces,
Bordeando los pasos por donde lo ojos puedan penetrar,
Llenando la boca de pétalos de rosas
Negras y rojas
Jugando hasta cuando las sombras
acuesten nuestros cuerpos sobre los trigales.

Sigo escribiendo con las piernas cruzadas
Me permito entonces volverme oscura clara,
Una y otra vez.
Como pupilas ante tanta luz y oscuridad
Mientras nos acompañamos de nuestra inconclusa soledad.

Regando los hoyos de tierras secas
Que piden a gritos una semilla cuál germinar
Cuán corazón roto de madrugadas
Construyendo los puros vínculos entre ser y sentir…

Te sigo escribiendo con las piernas cruzadas…..

No hay comentarios:

Publicar un comentario