miércoles, 20 de mayo de 2009

VENUS PODÍA HACER INMORTALES A LOS ENAMORADOS





MITOLOGIA DE LOS CIELOS

Las leyendas escritas en el cielo


MITOS CELESTES


Antes que las religiones monoteístas se impusieran en el Medio Oriente y luego en Europa, los dioses greco-romanos mantenían una intensa actividad en el cielo, cinco de ellos: Mercurio, Venus, Marte, Saturno y Júpiter, (nombres romanos de los dioses griegos Hermes, Afrodita, Ares, Cronos y Zeus respectivamente) se manifestaban través de los planetas, desarrollando parte de sus actividades en el cinturón de la Eclíptica.

Para nuestros antepasados, el cielo estaba al alcance de la mano, como que los dioses vivían en el Monte Olimpo, desde donde salían a realizar sus divinas actividades. En aquella época, las conjunciones, los "acercamientos" aparentes de los planetas en el cielo eran sido de gran trascendencia.

Recordemos que los planetas (que personificaban a los dioses) tienen estos encuentros celestiales, debido a que todos transitan por órbitas que están en un mismo plano, que visto desde la Tierra, o desde cualquier planeta, parece ser una línea, o más bien franja, en el cielo, llamada Eclíptica. Sobre ésta veremos siempre a los planetas, a la Luna y al Sol. Los paisajes estelares tras la Eclíptica constituyen las constelaciones zodiacales, figuras caprichosas de estrellas también asociadas a los mitos de los antiguos pueblos europeos que nos legaron su cultura.


VENUS

Al planeta Venus, el lucero más brillante después de la Luna, puede ser visto ocasionalmente al atardecer y comenzando la noche, como "lucero de la tarde"; o al amanecer y poco antes de la madrugada, como "lucero de la mañana" pero jamás lo veremos a la medianoche. Esto se debe a que es un planeta interior, es decir a que está más cerca del Sol que la Tierra.

Venus aparece en el mismo lugar del cielo, con respecto a la Tierra, cada 583,92 días, que es su período sinódico.

Afrodita, la Venus de los romanos, tuvo según la leyenda un origen espectacular. Su progenitor Cronos (Saturno), para poder salir del útero de su madre Gea (diosa de la Tierra), tuvo que cortar el falo de Urano (el dios primigenio del cielo) con una hoz afilada, el que cayó al mar donde quedó flotando entre la blanca espuma. En el interior de la "divina carne" fue creciendo una diosa que los griegos llamaron Afrodita, la surgida de la espuma, y que posteriormente los romanos llamaron Venus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario